Lina Aristizábal es una empresaria que sabe lo que es luchar por una idea de negocio que nació cuando era muy joven. Hoy su caso es ejemplo para otros emprendedores.
Todo emprendimiento es un desafío, no solo por los retos que implica consolidar una marca, sino también por las barreras personales y las infaltables pruebas que pone la vida. Es el caso de Lina Aristizábal, una paisa que luchó por sacar su empresa adelante, mientras su hijo libraba una batalla con una compleja enfermedad y ella, al mismo tiempo, sorteaba un cáncer de tiroides. Corría el año 2013 y las posibilidades de ver crecer su empresa parecían mínimas, pero nada la hizo desistir.
Lina recuerda ese periodo de su vida como una dificultad superada, de la cual extrajo la fuerza para crear Vértice, una empresa que se dedica a acompañar a empresarios en el fortalecimiento interno de sus entidades, sobre todo en el cumplimiento normativo a través de cinco líneas: gestión de la calidad, gestión de empresas educativas, IPS gerencial, gestión administrativa y servicios de educación y capacitación.
Esta empresaria inició su vida laboral como docente a principios del 2000, tras graduarse como tecnóloga en Sistemas. Seis meses después se desempeñó como vicerrectora de una institución educativa. En ese proceso, se interesó por las normativas que la Secretaría de Educación establecía para acreditar programas académicos y aprendió a desarrollar proyectos curriculares. Así, poco a poco, adquirió experiencia y fue ganando fama en el ámbito de la administración académica.
Fue así como en 2006, Lina comenzó a construir su idea de negocio. “Por aquel entonces conocí a Interactuar. Llevé a cabo el programa Oportunidades para la Vida, que me abrió los ojos y me alentó para abrir empresa”, comenta Lina, quien añade: “Renuncié a mi trabajo y en el 2011 abrí mi primera oficina en el centro de Medellín”.
En el 2013 nacería su hijo con una enfermedad que puso en juego su vida. Un par de meses después, ella fue diagnosticada con cáncer de tiroides. “Fue un año duro, me tocó cerrar la oficina. Gracias a Dios ambos nos recuperamos. Yo no perdía la esperanza de seguir con Vértice, cuando tuve la suerte de que de Interactuar me llamaran para cursar el Método Base de Aceleración Empresarial (MBA)”, recuerda Lina.
En el MBA adquirió bases de administración de empresas y todo el panorama empezó a aclararse. Con los ahorros que tenía, arrendó una oficina y, con la ayuda de varias auxiliares practicantes, Vértice comenzó a consolidarse en un mercado con alta competencia. Por fortuna, la buena reputación que había cultivado en años anteriores, provocaron una avalancha de solicitudes que la obligaron a ampliar su oferta. Así nacieron las cinco líneas que hoy ofrece.
“Yo creo que, si no hubiera sido por Interactuar, en algún momento me hubiera estancado. En el MBA aprendí qué es una administración eficiente. De hecho, me quité el miedo de contratar personal para lanzar las líneas. Nos convertimos en S.A.S. Hoy cuento con cerca de 400 clientes en todo el país, me llaman de todas partes para asesoramientos de tipo legal. Lo más bello de todo es saber que estoy ayudando a otros emprendedores a realizar su sueño”, comenta Lina, quien hoy tiene una oficina en el barrio Laureles y cuenta con siete empleados de planta.
En el 2019, Lina le apostó a nuevamente al conocimiento, con el programa Más Ventas de nuestra Corporación. Ahora se siente más confiada y su meta para este año es aumentar sus líneas, seguir aprendiendo de la mano de Interactuar y consolidar este sueño que nació en medio de la dificultad, pero hoy es sinónimo de inspiración.